Lo sabía, siempre lo supe

Lo sabía, siempre lo supe

                  Lo sabía, siempre lo supe

 

 

Lo supe y lo declaré desde un principio: “la tarea de desempeñar el cargo de presidente ha sido fácil, mi administración ha enfrentado obstáculos, pero no son importantes, los podemos brincar, somos especialistas en carreras de obstáculos.”

Siempre supe que podría cancelar el NAICM sin haber tomado posesión del cargo y que la cancelación costaría más de 340 mil millones de pesos y que hubiera convenido más terminar la obra y que mi querido AIFA costaría otros 180 mil millones. Sí, y tampoco nunca nadie protestaría, salvó en los cafés, donde se quejaban los mismos cuando aseguré que creceríamos a una tasa del 6% y no alcanzamos ni el 1%. Todos se tragaron mis mentiras. Es muy fácil gobernar un país de agachados o de conveniencieros.

Extinguí los fideicomisos públicos y me cayeron del cielo 700 mil millones de pesos. ¿Qué tal…? Invertí más de 440 mil millones de pesos en Dos Bocas y otros 500 mil millones en el tren maya, 60 mil millones en mi tren interoceánico, más 850 mil millones de programas asistenciales, en realidad, recursos, estos últimos del erario destinados a comprar la voluntad electoral del país, más la deuda contratada por mí con un valor de casi 5 billones de pesos, algo nunca visto, y eso que prometí “no endeudar al país” y nadie se atrevió nunca a decirme cara a cara, mis verdades…

Desperdicié los ahorros de la nación y reservé dichas erogaciones como de “seguridad nacional”, para que nadie pudiera auditarlas y, sí, ¿a ver qué…? Gané la mayoría calificada en el congreso, a través de geniales triquiñuelas, y el fiscal general come en mi mano, de modo que a ver quién pude conmigo…

La pandemia “me cayó como anillo al dedo”. Murieron más de 800 mil mexicanos quesque por indolencia médica, o como se diga, y tampoco nadie salió a la calle a protestar por los 210,000 homicidios dolosos ni por los 80 mil desparecidos ni por el asesinato de 95 candidatos a puestos de elección popular, ni por mi exitosa política de “Abrazos y no balazos”, ni por la desaparición del poder judicial y ni por el feliz arribo de una nueva dictadura, ya que el pueblo bueno y sabio se olvida de todo con el clásico Chivas-América.

Se agotaron las medicinas en todas las farmacias y aún en la mega farmacia; acabé con el Seguro Popular y con el Insabi y sus catastróficas finanzas muy bien resguardadas, al igual que cerré las estancias infantiles, los refugios para mujeres golpeadas, los comedores comunitarios, vendí el avión presidencial, destruí el sistema educativo, el de salud y el de seguridad, arruiné la cultura, llegué a mentir 82 veces en un día, arraigué la corrupción, retiré los apoyos a las empresas, no reduje el precio de la gasolina ni del gas ni saqué el ejército de las calles ni ahorré los 500,000 millones de pesos prometidos al inicio de mi gobierno ni utilicé energías limpias y baratas ni invertí en obras de infraestructura ni aumenté la red de carreteras ni creé certidumbre jurídica ni fortalecí la marca México ni uní a los mexicanos ni encarcelé a la “Mafia del Poder” ni logré que Pemex y CFE fueran rentables ni me importó que las mujeres vivieran más seguras ni cancelé los cobros de piso de los narcos ni que éstos intervinieran en las elecciones ni reduje la importación de alimentos ni respeté la Constitución y aplasté democracia porque todavía no estamos listos para ella. No disminuí la pobreza laboral ni me interesó la impartición de justicia ni el T-MEC y ni los inversionistas ni me duelen los niños muertos de cáncer por falta de quimioterapias.

No, no me duele que millones de niños no hayan sido vacunados, ni la extinción de Procampo ni me quita el sueño la corrupción de las fuerzas armadas ni la extinción de los organismos autónomos ni la concentración de los 3 poderes de la unión en una sola mujer y sí, se debe hacer el mejor esfuerzo para acabar con la libertad de expresión, estimular el Gas Bienestar, el IMSS Bienestar e inyectarle más dinero a Mexicana de Aviación, aunque sea con recursos del huachicol.

¿Cómo no va a ser fácil gobernar un país de hipócritas, resinados y conveniencieros? Me encanta eso de que y si no, que la patria me lo demandé, cuando todos sabemos que la patria hace lo que dice mi dedito… ¿Fácil? ¡Facilísimo! Lo supe, desde endenantes: aquí todos calladitos y así seguirán cuando mi querido hijo Andy llegue a la grande.

Tomado de mi próxima novela intitulada: “Se los Dije…”